martes, 12 de febrero de 2008

EL ESPACIO DEL LAMENTO

Por Silvina Simón
Soy anónimo porque soy cobarde.
Soy un esclavo más en este tiempo democrático en occidente. Esclavo del consumo me someto voluntariamente al poder de unos jefes y de un trabajo que no está mal, pero no me interesa y, sin embargo, le entrego dócilmente buena parte de mi tiempo, o sea, de mi vida.
¿Qué obtengo a cambio? Noches tranquilas, fines de semana relajados en compañía de mi pareja, porque todas las necesidades primarias están cubiertas. Algo que no conseguimos, mi pareja y yo, en nuestro país de origen. Por eso estamos aquí, en España. Como dijo un prestigioso escritor español, la riqueza del Tercer Mundo viene hacia el Primer Mundo; debido a eso los habitantes del Tercer Mundo, para salir de la pobreza, nos vemos en la necesidad de recorrer el mismo camino que la riqueza. Una vez aquí conseguimos acercarnos a su costado menos esplendoroso, mas siempre será también menos oscuro que la pobreza.
Una consecuencia sumamente positiva del hecho de ser inmigrante en este lugar y en este tiempo es conocer la diversidad de culturas de los que estamos conviviendo aquí. Ahora bien, llegar a este conocimiento no es fácil porque la mayoría funcionamos un poco encapsulados en círculos con escaso contacto entre sí. Encontrar la forma de salir de estos círculos y conseguir algún grado de conocimiento entre unos y otros, sería, y sin duda paulatinamente está siendo, tremendamente enriquecedor para todos. Ojalá encontremos esa forma.
Estas pocas y pobres palabras no serán firmadas pues, como ya anticipé, soy anónimo porque soy cobarde.

FIN.

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